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lunes, 22 de mayo de 2023

Fatiga por compasión

Esto se encuentra en una de las fases del estrés. Así que comenzaré con ¿Qué es el estrés? El CDC, (Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades) lo define de esta manera: “El estrés de trabajo se puede definir como las nocivas reacciones físicas y emocionales que ocurren cuando las exigencias del trabajo no igualan las capacidades, los recursos, o las necesidades del trabajador. El estrés de trabajo puede llevar a la mala salud y hasta la herida”, (puedes leer el artículo en el siguiente enlace).

La Administración de Seguridad y Salud Ocupacional, (OSHA) menciona en uno de sus boletines lo siguiente: “El estrés en el lugar de trabajo y la mala salud mental pueden afectar negativamente a los trabajadores a través del desempeño laboral, su productividad, el compromiso laboral y comunicación, capacidad física y funcionamiento diario”. 

La fatiga por compasión o el agotamiento se manifiesta de diversas formas en cada persona. El 27 de abril de 2020, las doctoras Imelda Wong y Anna Arlinghaus escribieron para el CDC lo siguiente: “La fatiga ha sido definida como; “la respuesta del cuerpo a la falta de sueño o al esfuerzo físico o mental prolongado”. Como tal, a medida que aumentan los periodos de sueño insuficiente o esfuerzo físico o mental, más fatigados estamos. Esta fatiga solo se puede reducir con descanso suficiente. Sin embargo, para los trabajadores empleados en horarios atípicos, como los de trabajos por turnos, de madrugada y de horario extendido, las oportunidades para descansar lo suficiente y recuperarse son limitadas. La reducción o desorganización del sueño se asocia con fatiga y altera las regiones del cerebro con efectos en las funciones intelectuales a corto y largo plazo. Esto puede afectar a la toma de decisiones, la atención y la concentración, lo cual puede tener impactos negativos importantes en el desempeño y la seguridad”. 


Por otra parte, SAMHSA expone un uno de sus boletines lo siguiente sobre la fatiga por compasión: “Sin embargo, pueden surgir problemas cuando no le queda suficiente tiempo para recuperarse entre un factor estresante y otro”, (Puedes seguir leyendo)

Después de lo antes descrito les contaré un poco de como esto se manifestó en mi vida profesional. En el presente llevo 17 años y varios meses ejerciendo como trabajadora social en protección de menores para el gobierno en Puerto Rico. La profesión me eligió primero y luego yo a ella. Amo mi lugar de trabajo. Tengo muchas historias con las que puedo confirmar esto. Sin embargo, es agotador desde el principio; sin horas de salida, intervenciones largas sin poder auto gestionar ir al baño, comer o auto gestionar tu sangrado porqué estás en intervenciones que requieren de tu presencia, cuidado y supervisión de algún menor. Este ritmo de vida lo tuve por 10 años. Después, el ritmo fue otro cuando comencé a supervisar. 

Sin embargo, en la supervisión es igual el problema de las horas de trabajo prologadas, el descanso es casi ninguno, asistir, acompañar, leer, mantener consultas con el equipo de trabajo asignado y otras tareas administrativas, que son igual de agotadoras. Se añade, que laboré en un programa con turnos rotativos el cual es 24/7 por varios años. Aquí fue el verdadero descontrol con el tiempo para dormir. Añadiendo las experiencias de acoso laboral y varios cambios en el mismo programa. También, la falta de los periodos de sueño, sangrados abundantes, alergias nasales, corporales, espasmos musculares, migrañas, dolores de espalda baja entre otras… fueron los que me acompañaron en cada intervención. Por supuesto, que siempre demostrándoles a las familias que ellos son la prioridad. 

Les cuento esto para que puedan comprender desde donde surge esta historia del agotamiento físico y mental. Claro está, sin comparar mi dolor con el tuyo, reconociendo que tal vez tengas un trabajo más complicado que el mío y que nuestras circunstancias de vida sean diferentes. Valido tu proceso y tu dolor. Te abrazo en solidaridad y en la distancia física mientras lees el blog. 

El propósito de esta nota es compartir que reconozco que, aunque estaba muy cansada y acepté que era una workaholic altamente eficaz, que por años evitaba las ausencias, trabajaba sin descanso hasta que mi cuerpo se enfermó y comenzó a pasarme facturas con altos deducibles en las citas médicas. Esto lo conté en la nota. (Vuelve a leerla para que te familiarices con la historia.) Continuo, contándoles que en otra ocasión llegué a tener tantos días acumulados por vacaciones y días de enfermedad que estuve seis meses sin trabajar solo agotando esos días acumulados. 

Aprovecho otro ejemplo de profesionales que sintieron el agotamiento físico, emocional, social y fueron olvidados. Hoy quiero reconocer y validar el esfuerzo de todo el personal de primera respuesta y a los trabajadores sociales que durante la Pandemia del COVID-19 en la isla trabajaron atendiendo las necesidades médicas, sociales, psicológicas y espirituales de cada uno de nosotros. Ustedes pospusieron sus atenciones básicas para estar al servicio de la humanidad. Sus esfuerzos fueron más allá del agotamiento físico y mental. Ustedes son increíbles. ¡Gracias por mantenerse con vida y ofrecer un servicio de calidad! Merecen más… 

Ahora bien, todo esto que describo es para confirmar que me he cansado, si he estado agotada físicamente y emocionalmente. Yo siento miedo, preocupación, estrés al igual que muchos de ustedes. Además de la presión emocional y/o social al saber que ante una consulta de una investigación y su determinación tiene un impacto emocional familia. Sobre mi rol como supervisora de trabajo social pesan muchas decisiones que requieren de mi bienestar físico, emocional, social y espiritual. 

Es por esto que, como parte de mi bienestar tomé varias decisiones desde hace muchos años tales como:

1. Ir a todo tipo de taller creativo, improvisación, clown, pintura, dramaturgia, poesía, belly dance, square dance, zumba, teatro, yoga, manualidades y muchos más…
2. Hice comunidad en la iglesia que asisto Mar Azul a través de ADN Creativo. 
3. Le dediqué tiempo a la escritura y proyectos creativos. 
4. Asistí a las citas médicas y en el presente no falto a ninguna. Incluyendo a la psicóloga. Yo creo en que los profesionales de la conducta humana necesitamos recibir ayuda terapéutica para mantener nuestro equilibro personal y profesional. 
5. Pause para tener espacios en blanco en la agenda. 
6. Intenté y continuo con la práctica de llevar un estilo de vida minimalista. 
7. Utilizo el journaling para soltar y respirar. 
8. Y llego a mi vida el Mindfulness. Esto continua en proceso de aprendizaje. 

Vamos poco a poco con el contexto. ¿Qué es esto de aprender a respirar?

Yo aprendí a respirar y digo aprendí, pero es un continúo diario. Esto fue a través de Valeria Ruiz en sus clases de yoga. La vi en Instagram, le escribí, fui a la clase, hoy es mi maestra de yoga, la que me lleva el almuerzo con sus increíbles comidas saludables y mi amiga. Desde la primera clase puedo decir que llore; llore porqué ignoraba que conscientemente había olvidado respirar. Había olvidado estar consciente de mi cuerpo. Había dejado para otro día respirar intencionalmente; porqué pensaba que mi voluntad, fuerza física, emocional, social y espiritual no necesitaban de pausar para respirar. Sencillamente, olvidé qué la manera más importante para regular nuestro sistema nervioso, cerebro y el corazón conecten para el logro de la autorregulación mental, física y emocional lleguen a la calma es mediante la RESPIRACIÓN

Seguimos con otro hilo. ¿Qué es Mindfulness

Según, la Sociedad de Mindfulness y Salud lo describe así: “El Mindfulness o Atención Plena significa prestar atención de manera consciente a la experiencia del momento presente con interés, curiosidad y aceptación. Jon Kabat-Zinn, conocido referente mundial de Mindfulness por haber introducido esta práctica dentro del modelo médico de occidente hace más de 30 años, fundó la Clínica de Reducción de Estrés en el Centro Médico de la Universidad de Massachusetts. Allí introdujo a los pacientes a la práctica de Mindfulness para el tratamiento de problemas físicos, y psicológicos, dolor crónico, y otros síntomas asociados al estrés. Jon Kabat-Zinn expuso el Mindfulness como; “Prestar atención de manera intencional al momento presente, sin juzgar”. Conoce un poco más a través de su página oficial.

Ahora bien, el concepto de vivir el presente y no juzgar me lo regaló la improvisación teatral y hace un tiempo atrás escribí esta nota, (vuelve a leerla para que estes al día con la lectura).

Es por esto que, cuando llegó este concepto con toda su información me sentí familiarizada. Así es que mi proceso de estar en el presente es a través del teatro, la improvisación teatral, el crafting, la escritura y todo lo que mi cuerpo y mente quiera y pueda aprender. Yo intento imperfectamente respetar y validar mis tiempos, mis pausas, silencios y descanso. Te invito a que añadas a tu vida respirar conscientemente según la práctica del yoga u otra que te favorezca y añade la atención plena en tu diario vivir. Inténtalo poco a poco. 

Para ir concluyendo con la nota qué tal si reflexionamos en ¿cómo mejorar nuestros acercamientos con los profesionales de primera respuesta? ¿Qué puedes hacer para ayudar? A los policías, médicos, enfermeros, paramédicos, trabajadores sociales, maestros y otros… 

1. Evita las preguntas. Solo utiliza la escucha activa. Si la persona ventila espontáneamente, no cuestiones, no interrumpas y no preguntes. Solo escucha. En ocasiones algunas personas con sus preguntas en el momento incorrecto no ayudan en nada. Otros son impropios y las hacen sin importarles nada sobre nuestra vida. 

Te confirmo que nos damos cuenta de que eres inoportuno y que tu energía no añade nada a nuestra vida. 

2. En ocasiones estas son algunas de las preguntas y comentarios que a mí y estoy casi segura que a otros compañeros nos incomodan que nos hagan: ¿En qué trabajas? ¡Wow! que difícil y qué piensas de esto? ¿Qué sabes de tal caso? ¿Leíste el periódico? ¿Te enteraste de lo que salió en Facebook? 

En lugar de esto que tal lo siguiente: ¿Me permites darte un abrazo? ¿Puedo orar por ti? ¿Te invito un café? ¿Ya comiste? Llega a casa y comemos juntos. ¿Quieres ir al cine o al teatro? Estoy leyendo este libro, si te gusta te lo presto, (con advertencia de devolución) jajaja ¿En tú casa o con tu carro necesitas ayuda? Voy para el supermercado. ¿Quieres qué te compre los encargos? Estoy libre y te los puedo llevar a tu casa y así continúas descansado. 

Yo reconozco que tengo amigos qué han ido al supermercado por mí, que me han llevado las medicinas a mi apartamento, me han llevado a las citas médicas, me buscan para ir al teatro y otros me han ayudado a limpiar o me acompañan a conciertos. Ellos me han apoyado a mantener mi equilibrio. ¡Muchas gracias! Los amo…

Si tú qué me lees eres un profesional de la conducta humana, te invito a que busques ayuda. Está bien recibir ayuda profesional por la fatiga por compasión, por el acoso laboral, por el cansancio físico y emocional que genera tu área de trabajo. Créeme no te arrepentirás de buscar ayuda, tu vida cambiará. Tu cuerpo, familiares y amigos estarán igual de agradecido que tú. Elige sanar. Hazlo por ti y para ti. Esto te ayudará a mejorar tu calidad de vida profesional y personal.

En fin, cuando conozcas un trabajador social no le vuelvas a preguntar sus opiniones sobre los casos prensa, tal vez sea el que tiene el caso asignado o al que se lo asignarán. Solo sé solidario, invítalo a tomar un café, respeta sus espacios de silencios, valida su labor, su esfuerzo, abrázalo si la persona te lo permite, ora por ellos, invítalo a alguna actividad creativa y muestra tu solidaridad hasta sin emitir una palabra. 

¡En mi caso si me cocinan soy feliz! Y muestro toda la atención plena que requiere comer lo que me gusta. Hasta el próximo blog. Gracias por leerme… 

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by Sonia Ilemar